Por fin me había recuperado totalmente de la lucha contra Rokubi, por la cual me había pasado 3 días inconsciente. Una vez recuperado decidí hacer un pequeño viaje de aldea en aldea para hacer un poco de "propaganda" sobre mi nueva organización. Había muchos aldeas interesantes pero realmente me interesaba ir a una aldea en concreto por su extrañeza la cual me atraía y me inducía a ir. Así que tan solo preparé una mochila con comida, agua para el viaje y unos libros para leer por el camino y otros turísticos. Salí para ponerme en marcha por la tarde sobre las 17:30 pm cuando el sol pegaba con mucho calor, pero me protegía con las numerosas copas de árboles que formaban una gran sombra para todo el camino. Andaba por un pequeño sendero hecho de tierra con algunas piedras incrustadas en el camino. Mi viaje ya había comenzado, me ajusté la mochila y empecé a andar mientras le daba un par de sorbos a una cantimplora, la cual después la guarde de nuevo en su mochila.

Ya llevaba varias horas caminando sin parar desde que partí. Eran ya las 21: 17 pm, estaba casi de noche ya, solo se podía ver una pequeña parte del sol que daba un poco de luz a este mundo oscuro, ya era hora de acampar. No había traído equipo para acampar, simplemente deduje antes de partir que no lo necesitaba, cualquier rama ancha y fuerte que soportara mi peso me serviría como cama. Dejé el camino andando hacia la derecha metiéndome mas adentro en el bosque, allí empecé a buscar un buen lugar en las ramas de los árboles donde acomodarme. No tarde en encontrar una, dí un salto, me coloque encima de una rama bastante ancha, di un par de saltitos para comprobar su firmeza y al ver que estaba bien me tumbé en ella colocándome la mochila como almohada. Abrí la mochila y de ahí saque 2 bolas de arroz, después cerré al caja y volví a guardarla en la mochila, la cual me volví a colocar como almohada. No necesitaba nada para abrigarme, los ropajes que llevaba eran suficientes para abrigarme durante la noche. Empecé a comer aquellas bolas de arroz, un poco calientes por el calor que se había mantenido en la caja, tranquilamente mientras pensaba en mis cosas hasta que una voz resonó en mi interior llamándome.

Kira... ¿Tienes algún objetivo allí donde vas?

No... tan solo voy a ver un poco de mundo y disfrutar de los viajes, además de anunciarme un poco...

Me parece bien... ¿Entonces no vas a armar ningún lío allá donde vas a ir?

No lo sé...

Dije mientras terminaba de comerme la última bola de arroz y sonreía levemente a la vez que fríamente. Después me acomodé un poco mas en aquella gruesa y larga rama, cerré los ojos y me fui quedando dormido al paso de los minutos.

Me desperté a la mañana siguiente, el roció de la mañana había empapado la copa de los árboles y junto con ellas sus hojas que brillaban con la luz del sol. Unas gotas de agua cayeron en mi cara despertándome bruscamente, ya que reaccione con varios golpes al aire. Después aclaré la mente un poco más y recordé donde estaba. Rápidamente me puse de pie, agarré mi mochila colocándomela en la espalda. Después de eso, di un pequeño salto cayendo de la rama al suelo. Caí de pie flexionando un poco las rodillas, después de eso, seguí andando en dirección hacia mi objetivo.