El viento correr entre nosotros, agitaba nuestro cabello, al igual que las prendas que llevábamos puestas, incluyendo la gran túnica del señor feudal, misma que no le quitaba la vista de encima. Resultaba curioso que un señor del “trono” o alguien rico, trajera puesta una capa de pordiosero, “De seguro es un disfraz” inquirí. La densa neblina apenas nos permitía ver en un radio de 2 metros a la redonda del bote, lo único que provocaba era que mis nervios se alteraran y que mi cuerpo se pusiera tenso, fruncí el ceño molesta, en preocupación de algún futuro ataque sorpresa, inclusive el silencio, hacía que mi cabeza se imaginara sus propios sonidos.

Hice una mueca en la comisura de mis labios, ansiosa por tocar tierra firme. Y, en cuanto el barco choco contra la arena, no espere a que me digieran que ya habíamos llegado, para saltar de este. – Al fin.- Exclame, caminando unos pasos hacia el frente “inspeccionando la zona”. – Gracias por habernos traído hasta aquí.- Me gire observando al señor, al que tuve que pagarle por su acción. Con una sonrisa de satisfacción en el rostro, el hombre volvió a marcharse junto a su máquina de dinero, claro, después de haber dejado bajar a las otras 2 personas que me acompañaban. – Tenemos mucho camino por recorrer.- Deje escapar en un suspiro, ajustando el forro vacío del tridente a mi espalda.

El señor se colocó a un lado de mí,y, me sonrió de lado, quitándose la capucha de la cara. – Haymitch.- Añadió con tono frio a sus risas sarcásticas.- Mi nombres es Haymitch.- De cabellos largos, rubios. Ojos grises pálidos y unos labios delgados acompañados de una singular sonrisa contagiosa… Era un hombre elegante y con clase, como para estar vestido de fachas.- Yo soy,Primrose. .- Correspondí a su saludo, inclinándome levemente hacia el. - Es un gusto,señor - Por poco olvido la presencia del joven Gennin.. - También es gusto,haber sido asignada a este trabajo en tu compañia .- Sonreí,buscando su mirada.

Sorprendentemente un sendero se abrió paso hacia nosotros. Hacía tiempo que no contemplaba Robles, arces y pinos tocados por la primavera, con toda su fuerza y color. Me quede esperando solo unos instantes antes de volver a emprender nuestra misión, camino hacia la aldea oculta entre las hojas.

Ya era hora, eso pensé cuando por fin mi vista pudo llegar a ver pequeños y grandes arboles acompañados de arbustos y la tierra firme que ya estaba a unos pocos metros del lugar, estaba a punto de saltar del barco para por fin salir de ese pequeño transporte, sin embargo la chica pelirroja se me había adelantado... yo solo espere a que inspeccionara si es un lugar seguro, al parecer si, en fin, el señor feudal y yo nos bajamos y la chica dio las gracias a quien nos trajo mientras yo vigilaba ya que ella resolvía aquello y estará descuidada, puse mi mano ligeramente en el mango de mi tanto esperando a ver si es necesario desenvainar mi arma, sin embargo el que tuvo la amabilidad de traernos a este lado del mar se marcho y quedamos solos los tres, comencé a estirar mis músculos poco a poco, mientras el señor feudal se presentaba y la chica de igual forma se presento.

Bonito nombre, es un placer...

Esta chica era muy educada, sin embargo yo era muy descuidado... creo que todos se habían presentado y esperaban que yo lo hiciera para comenzar con el viaje, yo di un leve suspiro y me dirigí a ellos lo mas amable que pude.

Soy Haku...

Eso fue todo, enserio parecía que ni me esforcé en ello, en fin comenzamos, Primarose comenzaba a contemplar el ambiente en el que nos hallábamos, bonito en verdad, yo la invite a seguir nuestro viaje hacia Konoha. Aun estaba alerta ante cualquier peligro, con la mano apoyada de mi tanto esperando el momento en que lo tenga que usar.

Les sonreí con gracia y estimación. Aunque no era la persona más amigable o la más platicadora y mis acompañantes no lucían como los más extrovertidos o simpático, no quería empezar este viaje con el pie izquierdo, es decir, si íbamos a cumplir correctamente la misión y realizar un largo viaje hasta Konoha, quería disfrutarlo. Haku, se hizo llamar el de los cabellos plateados, poseía un lindo nombre, que le hacía un gran conjunto con el esplendoroso brillo de sus ojos. – Gracias.- Musite entre dientes, al escuchar su alago hacia mi nombre. Lo mire de reojo discretamente, me era casi imposible no voltearlo a ver cada vez que hablaba, me recordaba a uno de esos frágiles muñecos de porcelana, será por sus facciones frías, su rostro pálido o simplemente por su manera de vestir.. “Oh.. no! Creo que se ha dado cuenta de que lo he observado” pensé, justo después de que mi mirada se cruzaba con la de el. Me reincorpore rápidamente hacia adelante, con las mejillas sonrojadas.

Proseguimos en nuestro camino, mientras que el silencio volvía a hacerse presente. Ninguno de los tres abrió la boca desde que nos presentamos hasta que anduvimos por el sendero, mejor así, las charlas no se me daban bien, solía ser algo cortante y arrogante con la forma en la que me dirigía hacia los demás, que simplemente me hacía ver como una mal educada o sin vergüenza. De esta manera, los tres estaríamos felices… La naturaleza por si misma era la única que nos cantaba al oído, pájaros revolotear de un árbol hacia otro, las ramas y hojas secas crujir por debajo de nosotros sin mencionar que un carpintero { pájaro carpintero} estableció su taller en un viejo roble, por el que acabábamos de pasar. . – Maravilloso .- Deje escapar tras mi asombro.

El sol abrazador, no nos perdonaba. Los intensos rayos del sol nos quemaban de pies a cabeza, inclusive creo que el sol era más ardiente que el de Sunagakure, solo que aquí podíamos resguardarnos tras la sobra de los árboles. Suspire enfadada y acalorada, recargándome en el tridente para caminar, haciendo de este mi baston. De repente el tintineo de unos cascabeles me saco de concentración, sacudí mi cabeza de un lado hacia otro, arqueando mis cejas, buscando con la mirada alguna pista que me digiera lo que ya traía en mente, más claro que el agua no podía estar… Alguien nos estaba cazando.

“Eso no lo pude haber imaginado, Cierto?” Yo solía utilizar cascabeles para confundir al enemigo.. quien intenta confundirnos a nosotros? . Sin pensarlo dos veces, voltee a ver el rostro del Gennin, para percatar con mis propios ojos alguna señal o reacción. Si mi mirada hablara le estaría suplicando que me diera alguna orden o me explicara algún plan sin la necesidad de hablar. Cualquier cosa pero en silencio… No quería preocupar a nuestro cliente, Haymitch. Por otro lado, si sabían que nos habíamos dado cuenta de su presencia, podrían cortarnos la cabeza en este instante… “ Que hare? “ apreté mis dientes, conteniendo mi impotencia.

Al yo decir mi nombre Primrose sonrió, y yo sin mas me sonroje volteando la mirada hacia el cielo y colocando mis dos manos de forma que estuviesen mi cabeza, estaba apenado, que le habrá sido gracioso? o sonrió amablemente? en fin, todas esas interrogantes terminaron con un suspiro y devolviendole la sonrisa de forma tierna y amigable. No nos habíamos movido por unos instantes, que hacia Primrose la mire directamente y entonces pude notar que ella me observaba de pies a cabeza, yo solo intente leer en sus ojos que estaría pensando sin embargo se dio cuenta y terminamos en un cruce de miradas, ella volteo de nuevo marcando el paso con el que completaríamos esta misión.

Ya después de nuestro acto de presentación podía intentar formar un vinculo con la Gennin, después de todo no conozco a mucha gente en realidad, pero en el ambiente desconocido en medio de una misión rango C en el que podríamos perder la vida en un instante, no me parece lo mas conveniente, Primrose la Gennin, comenzó a recorrer el sendero guiándonos al señor feudal Haymitch y a mi su compañero, sin embargo por muy hermoso que parezca el ambiente no me fiaba de aquellos arboles rebosantes a nuestro alrededor, que simplemente opacaban mi vista de algún peligroso asesino u otro problema, decidí tomar precauciones, estaba listo para cualquier sorpresa tomando de antemano algún ataque sorpresa de parte del enemigo.

A decir verdad, el sendero por el que pasábamos tenia un ambiente muy cálido y hermoso con el cual me podía adaptar, Primrose a mi parecer quedaba mas que maravillada a lo que podían ver sus lindos ojos y su leve sonrojo que hacían su rostro una octava maravilla o algo que pocos pudieran observar, todo esto fue interrumpido por el pequeño pero notable sonido de un cascabel, Primrose se había dado cuenta y comenzó a buscar disimuladamente a lo que seguro era un enemigo, yo sin embargo seguí caminando y le susurre al llegar a su lado con una bonita sonrisa.

No debes temer Primrose...

En ese momento mi rostro comenzó a volverse frió y sereno sin ninguna expresión de forma que ya había caído la sonrisa mencionada, voltee para todos lados y coloque mi mano en forma de un sello mientras la derecha aun quedaba en el mango de mi tan nombrado tanto, acto seguido dije.

Sigamos, yo me encargo.

Coloque mi mano derecha en la espalda de Prim y la izquierda en la del señor feudal tratando de hacer que avancen por el sendero, estos siguieron y terminamos en la misma posición en la que estábamos hace unos minutos, si hay un asesino, y es muy hábil con las trampas, coloco varias a unos cuantos metros delante de nosotros, ya Prim estaba por llegar, solo le quedaban dos metros por caminar, entonces fue cuando grite.

Primrose retrocede.

Ella dejo de caminar atacando mis ordenes.

Vigila a nuestro protegido.

Despues de decir esto nos allabamos a unos 5 metros de las trampas, entonces en un instante mi mano derecha comenzo a desprender de si misma capas de Origamis las cuales comenzaron a tocar el suelo y sin mas, estas explotaron, minas... al explotar la primera desencadeno todas las demás explosiones creando un inmenso fuego que no llegaba a nuestra posición, sin embargo el asesino aprovecho el fuerte sonido y apareció desde los arboles con una katana en mano, dirigiéndose hasta donde se encontraba en señor feudal, y apuñalando lo que se encontraba allí protegiéndolo, eran varios papeles de Origamis reforzados con chacra las cuales lo protegieron de esa trágica muerte, yo ya me había recuperado del estruendoso sonido fácilmente por otros Origamis que me cubrieron los oídos al igual que a Primrose, al fin pude ver al asesino, pero este corrió volviendo a ocultarse, yo solo observe hacia donde huyo e hice un sello con ambas manos -Ninpou: Origami Explosión no Jutsu- Un Origami había dejado entre su ropa para detectarlo y acabar con el sin tanta exaltación, se escucho a la lejanía la explosión causada por mi técnica acabando con la vida del asesino.

Estas bien?

Pregunte a la Gennin ayudándola a levantarse.

Lo siento, por detectar las trampas tan tarde.

“No debes temer” Repetí en mi mente, el chico si había alcanzado a escuchar lo mismo que yo. No tengo miedo, confesé en mi cabeza. El miedo es para los débiles y para los que no tienen nada que perder, yo ya lo he perdido todo. – Lo siento, pero estamos en esto juntos.- Sentí su cálida mano sobre mi hombro, haciendo que mi corazón palpitara como si acabase de correr un maratón. – Juntos… - Musite susurrante cerca de su rostro.

Nos dio un pequeño empujoncito incitándonos a seguir caminando, ni siquiera me dio tiempo de protestar o de decir alguna incoherencia, cuando este me grito algo que no había llegado a captar. Me detuve en seco sobre el suelo, “ Que?, que pasa, que hay? “ Las millones de preguntas volaron sobre mi mente. Mis ojos se abrieron como dos enormes platos, mirando de un lado a otro, estupefactos y asustados, fruncí el ceño molesta ante aquella extraña actuación.

Retrocedí cautelosamente, sin darle la espalda al camino. Hasta topar con el cuerpo helado de la persona a la que resguardábamos – Que pasa?- Pronuncio en voz muy baja. Gire mi rostro ocultando los nervios tras una ligera sonrisa. – El telón esta por abrirse.- Las trampas explotaron, haciendo volar miles y miles de hojas de los árboles, el paisaje se tiño de un intenso negro, las llamas bailarinas arrasaron con unos arbustos y yo.. Yo seguía ahí enfrente de Haymitch, observando todo lo que pasaba frente a mí. – La acción está por comenzar.- Termine mi frase.

Por inercia, extraje agua del tridente, lo clave en el suelo e hice unos movimiento de manos terminando con las palmas en el suelo.. “Hyourou no tate”. Un muro enorme de hielo nació de la tierra, exactamente como lo haría una flor. Mi creación, nos protegió de las cenizas que volaron en el ambiente y de algunas ramas en dirección a nosotros. De repente, una sombra se apareció por detrás de nosotros, en dirección al señor feudal, no lo pensé dos veces antes de cambiar mi posición, sustituyendo su cuerpo con el mío. Afortunadamente unos papeles de origami, protegieron mi cuerpo… La sombra asustada huyo del lugar. Dejando escuchar una última explosión. Cerré mis ojos por unos segundos, imaginando lo que había pasado. La voz de Haku, me trajo de nuevo a la realidad. – Si, si, estoy bien, Gracias – Respondí con la voz entre cortada. El cristal se desvaneció convirtiéndose en un enorme charco de agua , a lo que me detuve a mirar atreves de él ,tomando el tridente en mis manos. - Regresara.. -

Ya Primrose estaba en buen estado al igual que el señor feudal, los Origamis comenzaron a dar vueltas a mi alrededor mientras yo vigilaba el perímetro y les pedía que avanzaran, ya íbamos camino a Konoha, mis Origamis de pronto comenzaron a incorporarse en mi cuerpo como si fueran parte de mi, ya yo me encontraba como en el principio, sonriente pero con la guardia en alto, comencé a caminar adelante del grupo para percatarme de algún peligro, aun faltaba camino, poco, pero faltaba... fue entonces cuando comencé a analizar la batalla ya pasada.

Hmp.

Primrose esta decidida a luchar, la verdad no me lo esperaba, puede que sea mas fría y calculadora que yo mismo, ademas, es de un clan en partículas... muy especial, creo que es el Hyoton si no mal recuerdo, tiene la habilidad de crear y manejar el Hielo así como yo el Origami. Muy sorprendente y admirador esta clase de clanes, en fin, Primrose tenia potencial, la próxima ves no la detendré... seguí caminando, ya seguro faltaba poco para llegar hasta Konoha, voltee a ver a Primrose, ella como siempre atenta ante la situación, muy enfocada, una de sus mejores cualidades.

Hmmm

Seguí caminando con el mango del tanto en mano, aun no dejaba de vigilar el lugar, en ese ataque sorpresa casi fallo como compañero arriesgando la vida de Primrose, no volverá a pasar! el señor feudal cabe a destacar que nunca cambio de estado, aun así en el ataque seguía tranquilo, sera que confía en nosotros? he he me alivia saber eso, o por lo menos sospecharlo, Primrose no se si sera igual, no se si confía en mi como compañero, lo que si me ah demostrado es que yo debo confiar en ella.

Las cosas habían sucedido tan rápido, analizarlo todo era difícil. Lo único que sabía es que el chico había hecho todo el trabajo sucio, atacando y defendiéndonos, él nos había salvado. Su rapidez, sus habilidades y su fuerza de voluntad, eras asombrosas. A diferencia de mí, el no pensaba en lo que tenía que hacer, solo lo hacía y a cambio de eso obtenía resultados positivos. Magia?, no… solo pensaba rápido y actuaba rápido. Lo admire en silencio, todo el tiempo que se me fue permitido.

Proseguimos con nuestro camino, solo que, ahora nuestras posiciones habían cambiado. El joven iba al frente mientras que yo le seguía por la parte trasera. Ya sabíamos las piezas del otro jugador, y, mis habilidades iban más a la línea de defensa que a la de ataque, mientras que las de el era lo contrario. – Posees una fuerza estupenda, nuestros cuerpos estarían sin vida haya atrás.- La voz grave del señor feudal rompió el silencio. Trague saliva, apunto de contestarle “ Que acaso yo soy invisible?! “,en lugar de ello solo me contuve, en la faceta de la chica fría. Gire los ojos, con enfado. No eran mis intenciones tener créditos o crear fama, pero, la manera en la que el con un simple acto se convertía en el héroe, era molesta.

El sendero se partió en dos, los tres nos detuvimos a analizar cuál de los dos caminos era el correcto. Ambos lucían similares, solo que en direcciones contrarias, “Derecha o Izquierda”… Mi falta de conocimiento acerca del camino correcto hacia Konoha, me puso nuevamente a temblar. No me había pasado por la cabeza ,que en el camino ,se abrieran otros más y nunca antes había tenido que mirar un mapa para saber a dónde conducirme pues siempre encontraba a una persona dispuesta a darme las indicaciones.. – Y bien.. – Resople.

Seguíamos nuestros caminos, en dirección a la villa oculta de la hoja, tratando de llegar lo mas rápido posible, pero sin correr, Primrose aun estaba detrás cubriendo la retaguardia, y yo, pues yo solo me concentraba en guiarlos por el camino correcto y de forma segura, ya estaba sediento, así que saque una cantimplora de mi pequeño bolso y tome agua lanzado la cantimplora al señor feudal a ver si quería abastecer su sed, el señor feudal tomo un poco de agua y luego dijo unas palabras –Posees una fuerza estupenda, nuestros cuerpos estarían sin vida haya atrás- tiene razón sin Primrose estaríamos muertos, cabe a destacar que pude darme cuenta de que el asesino se encontraba presente gracias a la confirmación que me dio Primrose con su expresión.

Si no fuera por ella estuviéramos muertos.

Dije eso sin voltear ni un momento aun pendiente de mi frente, esta concentración se termino cuando llegamos a dos caminos separados, yo mire hacia atrás sin voltear y observe a Primrose, quería decirle pero me apenaba... no sabia a donde ir, Primrose murmuro algo como tratando de decirme que decida por donde ir, valla, me dio un escalofrió de pies a cabeza y comencé a sonrojarme.

No... No-No se por donde ir...

Cerre los ojos y sonreí de forma muy graciosa, luego pegue mis dedos indices uno contra otro.

Etto...

Esta situación termino cuando el señor feudal se burlo apropiadamente y siguió por el lado derecho, eso fue muy incomodo de verdad, sin embargo decidí seguir por atrás sin decir ni una sola palabra y viendo hacia el suelo en todo momento.

La envidia anterior se la llevo el viento. Mi corazón dejo de palpitar, congelándose por 2 segundos, estaba tan extrañada que casi no podía hablar, el aliento me abandono en estos últimos momentos, tan pronto recobre mi postura, busque su mirada, Y ahí estaba el... Tan perfecto bajo los rayos del sol que iluminaban la curva de sus labios. Con tanta tranquilidad y serenidad, los créditos de sus anteriores actos me los regalaba a mí. Inhale aire y lo solté en un suspiro. – Me dirás que yo fui quien descubrió la bombas?, oh la que nos protegió de aquella persona? .- El chico era modesto, atribuido a esta virtud, reflejaba ser humilde, sencillo y gentil. Al parecer, aquí la única engreída y grosera era yo. – Sin ti… yo… es decir nosotros no.. Estaríamos con vida.- Tartamudee nerviosa. Pocas veces rompo el orgullo para demostrar afecto hacia alguien más, esta, era una de esas extrañas situaciones en donde no sabía que decir.No soy buena demostrando los sentimientos y mas a un, si ellos muestran una parte de mi que no estoy acostumbrada a ver.

Hice una mueca indecisa, estudiando los dos caminos. Lleve mi mano izquierda hacia mi barbilla mientras que con la otra acaricie el tridente. – Yo tampoco sé a dónde ir – Confesé acompañando al joven en sus sonrisas. La escena culmino con Haymitch, quien inevitablemente se burlaba de nuestra falta de conocimiento así como de nuestras expresiones corporales. Continuamos caminando, sin recordar el “chiste” de hace un momento.

El rubor en sus blancas mejillas era tan notorio, más porque su mirada se clava en el suelo, provocando que su cabello cubriera la mitad de su rostro. El señor feudal no mostró interés por ninguno de los dos, más bien, se proclamó el líder de la misión, caminando por el frente de nosotros. Sonreí con gracia, cazando un momento en el que pudiera estar a “solas” con Haku, es decir un momento en el que Haymitch no pudiera escuchar mis próximas palabras. – Eres un gran ninja, vamos.. no te quedes atrás,tenemos mucho camino por delante .-Tome su mano, jalándolo hacia adelante.
Impulsándolo a que nos siguiera dirigiendo.

Después de lo acontecido, estaba apenado con los presentes, pero mas aun por la frase que había dicho anteriormente Primrose – Sin ti… yo… es decir nosotros no.. Estaríamos con vida.- Me apenaba, puesto que no estoy acostumbrado a esos... comentarios con el fin de halagarme, la verdad es que soy muy torpe, así que pocas veces eh sido halagado... mi sonrojo trate de ocultarlo ante Primrose quien me tomo de la mano y me ofreció seguir adelante, yo camine un poco pero luego me detuve hasta llegar al lado de Primrose, camine al mismo ritmo que ella y mis manos adentre en mis bolsillos susurrándole de modo que solo lo oiga ella.

La verdad gracias a ti me di cuenta de que estábamos en peligro...

Era de verdad muy penoso que estuviéramos muertos si no hubiera tomado la precaución de que había alguien asechando...

Sobre las minas... estaba pensando que hacer mientras veía en el suelo y pude notar una mina, entonces te advertí, ya lo demás fue... improvisado, no soy un buen Shinobi, solo tuve suerte.

Dije esto sintiéndome peor, o mejor... mejor por que yo la ¨salve¨ de esa muerte, peor... peor pues todo lo que dije fue mentira para solo hacer sentir mejor a Primrose, en realidad eso no paso... yo ya tenia mis planes hechos, no confió en la suerte, pero esta ves la suerte me serviría de apoyo para justificar la escena de batalla contra el famoso asesino, Primrose de todas formas supo reaccionar sin dudar, algo que me dio mucha sorpresa.

Eres increíble Prim... Eres muy buena en el campo de batalla, he he... por cierto es un placer salvarle la vida a una de las personas mas lindas que eh conocido.

Dije subiendo de nuevo la mirada caminando a su lado y observando nuestro protegido que paso a ser el de adelante (pero aun protegido) yo comenzaba a ver nuestro alrededor y mi mirada se centro al fin en Primrose, mi mirada exploro cada detalle de su físico lindo y cautivador, con carácter y ternura combinada que me daba esa tranquilidad que pocas veces se encuentra, esto de misión rango C paso a ser un paseo con esa bella dama.