Corría por el denso y nubloso bosque de las afueras de Kirigakure con el objetivo de llegar a aquella extraña quedada. El ambiente era muy húmedo, había mucha vegetación, niebla y llovía mucho. El lugar donde quedé no estaba muy lejos así que apreté el paso para llegar cuanto antes. Saltaba entre los árboles, corría por el suelo, iba a una gran velocidad para ir por ese tipo extraño de terreno, pero era normal, era el terreno donde me crié de pequeño, así que ya estaba acostumbrado.

Ya llego... solo falta un poco mas...

Dí un gran salto saliendo por fin de ese bosque tan denso y llegando a un sitio mas extraño. Un lugar rocoso, muy húmedo y con aún poco de niebla. Seguí caminando hacia el lugar indicado.

Volvía a Kirigakure corriendo de nuevo por el denso y nubloso bosque tras la quedada con aquel tipo, tras la "charla" que tuvimos ya decidí volver a Kirigakure. Corría sin problemas. Saltaba entre los árboles y ya a lo lejos podía ver las grandes puertas de Kirigakure. Di un salto bajando, cayendo en un charco y salpicando por todos lados, y después seguí corriendo a gran velocidad.

Por fin... Ya llegué a casa.

Corría hasta salir de aquel bosque y entrar en el camino comercial que llevaba a las puertas de Kirigakure. Allí empecé a correr esquivando algunos mercaderes que venían y se iban de Kirigakure hasta llegar a la puerta.