El camino es el destino, cruel, triste y a veces sin sentido, todo esto toma forma cuando llega al fin el momento que culminara con las secuelas del pasado, terminara con una batalla y dos desgastes absolutos. Era el momento de resolver todo el asunto, aun así el joven de ojos blancos tenía dudas, tenía que saber cómo era que su padre seguía vivo, la última batalla para ojos del Hyuga fue decisiva, el había matado a su padre y con eso había limitado sus propias fuerzas. Al parecer todo era un truco del padre de Arekus quien raramente había salido con vida.

El joven sin más preámbulos se encamino guiado por su Byakugan, su torso desnudo ya no sentía el frio, sino más bien la adrenalina del momento. Su padre estaba unos metros más adelante en un bosque con algunos árboles, Arekus la verdad no sabía si Konan lo seguiría pero eso no importaba ya que ni ella, ni nadie podrían quitar de su mano el destino. Cuando llego al lugar, delante de el vio a su padre, al igual que el con vendas en sus manos pero vestido con una especie de túnica blanca, con su mirada perdida y llena de codicia. Frente a Frente, dos Hyugas, líneas sanguíneas y por sobre todas las cosas, padre e hijo, era el momento final, el clímax de la vida del joven.

Este era el momento perfecto para ajustar cuentas pero antes Arekus debía saber cómo hizo para sobrevivir, al parecer el padre del joven estaba feliz de verlo en pie nuevamente y se lo hizo saber – me preocupaba que murieras , tus ojos ahora serán míos – luego de esto, el joven Hyuga se puso en posición de combate a lo que el viejo hablo nuevamente – no es necesario, primero quiero sacarte la duda de como sobreviví - suspiro brevemente para continuar con su dialogo – me dejaste bastante herido, en pelea eres impresionante, pero creo que me subestimaste, cuando supe que moriría, me sustituí simplemente dejando allí algo inerte pero no te sorprendas que la mejor parte viene ahora - entre risas decía esto, al parecer quedaba algo más de la verdad que Arekus desconocía, a este no le importaba no quería saber más de lo necesario por lo que a gran velocidad se acercó a su padre tratando de dar un golpe con su mano derecha mientras le decía – Pelea de Taijutsu…en igualdad de condiciones, el ultimo que quede en pie, es el ganador – mostrando su tono desafiante y sabiendo que más que taijutsu no podía hacer ya que recién salía del hospital. Su padre acepto encantado y se sorprendió cuando vio que su hijo iba en serio ya que después de que este esquive el golpe, desactivo su byakugan, al parecer iba a ser una pelea honorable, un final merecido.

Su padre tomo la iniciativa y comenzó a lanzar golpes y patadas aéreas a las que Arekus esquivaba fácilmente, al parecer pese a lo convaleciente que estaba, era muy rápido en reflejos. El Hyuga de sangre mas joven también propinaba golpes pero su estilo era algo mas diferente golpeaba con aire, este dominaba bien lo que Jiraikus le había enseñado, era por eso que no necesitaba tocar a su oponente para propinar daño algo verdaderamente impresionante a la vista. Intercambiaron un buen rato golpes, ambos quedando muy malgastado físicamente, Arekus comenzaba a mostrar signos de sangre en sus vendajes y moretones en parte de su torso, al estar desnudo en su parte posterior, los golpes se notaban un poco mas, su padre como siempre, lo subestimo - no eres tan bueno, después de todo – su tono irónico y decepcionado enardecían el espíritu del Hyuga, que respondía gritando – Cállate!!!!- propinando un golpe de su elemento Fuuton y lanzándolo lejos aunque, fue intenso su padre se supo levantar y aplaudió tal acto de odio, además arremetió con palabras – El odio se ha convertido en tu motor, eso es bueno, tu y yo no somos diferentes después de todo – riéndose y burlándose de su propio hijo eso realmente lamentable, luego de este acto burlesco, miro seriamente a su hijo y comento – ahora mi verdadero poder – su chacra comenzó a salir de su cuerpo, era una cantidad considerable, se había hecho más rápido, más audaz y mas fuerte, propino una serie de golpes al Hyuga, este no se pudo defender en absoluto, sus heridas salieron a flote, los vendajes ensangrentado y el de su boca botando su sangre, cayo de rodillas vomitando sangre mientras tosía, al parecer , el duelo ya tenía un ganador. Su padre se acercó a él y le tomo la cabeza, en ese momento le dijo – por fin tendré esos ojos en mi poder – estaba celebrando su triunfo, la idea era llevarse vivo al Hyuga y con la extracción de sus ojos matarlo. En ese momento Arekus cerró los ojos y vio todo lo que ha tenido que pasar por culpa de esos ojos, una lagrima cayo espontáneamente por uno de sus ojos y se levantó, para enfrentar a su padre, una vez más.

Hizo de su taijutsu una verdadera danza, comenzó a tomar el esta vez la ventaja, haciendo retroceder a su padre y haciendo además que este le saque las manos de encima, la batalla no había terminado. Se propinaron golpes de ambos lados, la pelea se enardecía, Arekus sabía que debía respetar las reglas, pero a su padre no le importaba ya que en una acción utilizo camuflado de su manga, un kunai el cual se clavó en la pierna derecha del Hyuga, este cayo en el momento del impacto y grito de dolor, dolor que hacía que su padre se pusiera más feliz, al parecer el truco sucio era un arte para él. Si el joven permanecía más tiempo quejándose su padre tendría la batalla ganada, por lo que se paró como pudo y se arrodilló con su pierna mala en el piso, era momento de usarla, su arma, su ballesta. Saco un pergamino invocando el arco y la flechas, su padre estaba sorprendido por lo que rápidamente se acercó para impedirlo pero Arekus era rápido y pudo esquivarlo, desde el suelo puso una flecha en el arma y cerrando uno de sus ojos, para aumentar la precisión, disparo. La flecha fue a parar en la misma pierna del kunai de Arekus, al parecer este estaba jugando con su padre, la misma herida, la misma desventaja, asi ponía las cosas en la balanza nuevamente.

Cualquiera hubiese pronosticado que Arekus usaría la ballesta para rematarlo, pero no fue asi, ahora se puso en pie para seguir con el taijutsu – Por lo menos se honorable …- solto enojado a lo que su padre aplaudio, mientras se tomaba la pierna y sacaba la flecha de esta, sorprendido lanzo tres kunais con pergaminos explosivos donde Arekus, al parecer ahora todo valía para ganar, una gran humareda se hizo en aquel lugar, al parecer el joven Hyuga no sobreviviría a tal cosa. La nube de polvo comenzó a disiparse y la silueta del Hyuga con la ballesta apuntando hacia arriba, se hacia ver en ese lugar, su padre sin explicación vio que su derrota estaba hecha, Arekus apunto a los hombros de su padre y a su pierna que quedaba buena, haciéndolo caer de rodillas, como pidiendo perdón aunque no fuese asi técnicamente. El padre de Arekus estaba sorprendido, realmente se había vuelto muy preciso con esa arma, ante el estaba, en ninja de la ballesta, un nuevo Hyuga, reformado, que no necesitaba los ojos para ganar. Se acercó a su padre, dejando a un lado la ballesta, tenía una última cosa que decirle al parecer, cuando estuvo cerca, cansado y ensangrentado, no fue el quien inicio la conversación sino más bien su padre. El Hyuga estaba como a 4 metros de distancia de su padre, el más viejo detuvo al joven con sus palabras – Arekus…ahora que te veo sin tu bandana ¿sabes lo que realmente veo? – el joven Hyuga no respondió y lo miro con odio, esto hizo que su padre continuara – Mi carta de triunfo…- Arekus sorprendido, no lo tomo en cuenta e hizo un gesto, como si todo se tratase de una mentira. El anciano con las flechas clavadas en su cuerpo y ensangrentado prosiguió – Yo moriré desangrado, me has ganado, pero…no me iré solo, tu te iras conmigo…tu frente tiene un sello, la maldición de los Hyugas, sello que hace que en este instante te pueda matar, esa marca te la puso jiraiku, para esta ocasión, para que tu no quedaras vivo y para que nadie más tenga tus ojos, activando esto hare que tus células cerebrales mueran, tu siempre fuiste y siempre serás una marioneta mía…¿lo comprendes? – el joven Hyuga no podía creerlo, estaba perdido, el sello de su frente no era un simple tatuaje, era una condena de muerte, cayo de rodillas impactado por la noticia, nada paso por mente, solo quizás ya aceptaría su muerte y su derrota. El padre del Hyuga comenzó a hacer los sellos para inhabilitar Arekus, al parecer este era el fin de un Hyuga.

La sentencia de Arekus estaba dictaminada, los sellos de su padre pasaban como en cámara lenta, esto presagiaba el final para el Hyuga, quien solo se atrevía a mirar de reojo la situación. Su padre efectuaría la ultima sucesión de sellos para terminar con la vida de Arekus, fue entonces cuando de uno de los costados, no alcanzo a precisar donde, una araña de fuego arraso con el padre del joven Hyuga, terminando la tarea, cerrando así el pasado.

- Nooooo!!!! - un grito desgarrador del joven de ojos blancos, al darse cuenta que su padre fue eliminado, no podía creerlo, lo que parecía ser su destino, había sido truncado deliberadamente. inmediatamente algo herido en la pierna se levanto, enojado, frustrado y decepcionado grito para que saliera la persona responsable - Se que fuiste tu...¿porque?; ¿con que derecho? - una actitud totalmente grosera de parte del Hyuga con la chica, que prácticamente le salvo la vida, aun así el orgullo no le dejaba ver, su destino lo había aceptado y esta chica que apenas conocía se lo arrebato de las manos. Arekus estaba desposeído, diferente, mas frió, mas agresivo, dominado enteramente por la ira cosa que quizás resultaba aterrador, aquella mujer quizás estaba delante de un gran lío. Luego de decir estas palabras volvió a arremeter contra la chica - Se que me seguías, tenia mi byakugan activado pero nunca pensé que te entrometerías, ese era mi destino, no debiste, no debes meterte en los asuntos míos - respirando para calmarse pero aún demasiado enojado como para relajarse o simplemente decirle, estaba dominado por sus sentimientos, por las ganas de que el mismo pudiese matar a su padre.

Camino hacia atrás, buscando ahora su ballesta para sostenerla con su mano derecha pero de manera relajada, mientras ademas ponía sus flechas colgadas en su espalda de manera cruzada. Después de esto se quedo atento, el asunto con esa muchacha solo estaba comenzando y sin duda alguna quería escuchar que tenia para decir.

Movimiento exitoso, Arekus había llevado sus técnicas a cabo con precisión aunque la mujer supo mantenerse con vida después de ese movimiento del azar. Sin duda era como para aplaudir la resistencia de la joven, que a pesar de estar herida en la pierna aun se las arreglaba para mantenerse con vida, esbozaba frases del porque debía aguantar y Arekus lo entendía, ademas de que daba razones, las cuales eran lógicas, esa chica parecía que la vida del Hyuga le importaba, en cambio para el de ojos blanco, la ira era el camino que le nacía mas fácilmente. Cuando vio que la joven se levantaba de nuevo, obstinada y no asumiendo su derrota. La mujer tenia algo diferente, su mirada, su fuerza, su chakra, sus pupilas, ante el estaba el legendario dojutsu, el sharingan. Cuando vio este su mente palpito y quedo congelado, ambos compartían la maldición y parecía despertar en sus pensamientos - Eres igual que yo!!! tu odio es tu motor - las palabras de su padre retumbaban en su mente, parecía desenfocado e ido con su mirada, seguía pensando - No soy...un asesino...no lo soy..- su cabeza daba vueltas y su cuerpo estaba desposeído, al parecer estaba volviendo a la normalidad, en la escena cayo de rodilla mostrando la fragilidad de su estado mental, a su mente vino el abrazo de Konan antes de la pelea con su padre, también los daños que le hizo a la joven, estaba desconcertado, cansado y derrotado emocionalmente, ahora estaba a merced de la joven, de rodillas acepto su destino - Acaba con mi miseria - soltó mientras miraba hacia el suelo, arrodillado con la cabeza gacha, ahora era su ultimo aliento.

La actitud de la joven cambió de manera abrupta y esto ya no sorprendía al sujeto, Konan ensangrentada y caminando cada vez con mas dificultad se acercaba al Hyuga, un kunai en su mano determinaba que quizás, este momento era el final para Arekus. Se acerco al Hyuga y hizo unos comentarios, posteriormente lo tomo de sus cabellos, con el kunai le aplico un corte para luego, terminar su comentario ante el silencio del Hyuga.

Arekus no hizo ningún comentario, ni cuando pregunto ella porque le hizo eso, ni tampoco cuando se acerco amenazadora con el kunai. El chico de los ojos idos, de la palidez, al ver que esta le hablaba de esperanzas, nuevos destinos, ademas de "perdonarle la vida", solo sonrío y soltó una breve carcajada manteniendo su posición. Luego de esto no dejando brecha alguna comento - Nose porque te interesa que te siga, pero después de esto no puedo hacerlo...- ahora se levantaba lentamente, agotado y con una herida en su pierna causada por su padre, para asi continuar con sus palabras - Tu no me conoces, no sabes quien soy, estuve a punto de matarte y aun así quieres que te siga, tu no eres mala, lo demostraste, no te pierdas en una organización que solo pretende usarte...- ahora caminaba hacia otro lado, en dirección opuesta a ella, al parecer quedaba una cosa mas por hacer, camino hacia el cuerpo de su padre y busco entre los ropajes que quedaron de el, mientras comentaba en voz alta - donde esta, tiene que estar aqui - mostrando que buscaba algo mas y algo verdaderamente importante.