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Era media tarde casi caía la noche y la misión había sido todo un éxito delante de los ojos de ambos personajes estaba la entrada del país de las aves, era totalmente satisfactorio el haber conseguido completar la misión, para Arekus era misión completada ya que no importa como el llegase a la aldea pues ya había escoltado sano y salvo al mercader así que era misión cumplida. Caminaron hasta llegar a un punto en donde fueron recibidos por dos personas al parecer amigos del mercader quienes vigorosos los saludaron – Bienvenido de regreso ¿Cómo estuvo el viaje? – el mercader quien estaba agradecido del joven shinobi mostro su gratitud con palabras como mejor lo sabía hacer – Si no es por este ninja de aldea de la hoja no estaría vivo, es un gran ninja y sin duda tiene mucho futuro en el mundo shinobi – con estas palabras el asombro de Arekus era inminente, había por fin sido valorado y apreciado por alguien nuevamente esa era la mejor recompensa. Esta misión le sirvió para abrirse a las demás personas, ser un poco mas sociable y comprender que la vida no era un suplicio o un lamentar de recuerdos pasados. El mercader se acerco al joven shinobi y le dijo dando las gracias encarecidamente – Eres un gran ninja, disculpa si dude de ti, quiero decirte una cosa más – camino más adelante para indicarle que lo acompañase a un lugar apartado de la gente que lo recibiera al parecer este era un mensaje privado para el ninja de la hoja, cuando este le hizo caso comenzó a darle un breve consejo – no dejes que tu pasado te atormente, no te lamentes, no sufras…solo aprende – metaforas, consejos y palabras sabias que demostraban que tal culto era el mercader, Arekus no sabía que decir en este misión saliendo de su aldea había aprendido mucho esto hacia que valorase mas ser un ninja, agradeció con una reverencia mientras el mercader volvía a tomar la palabra - no es necesario muchacho, vamos te invito un plato de comida antes de que vuelvas te espera un viaje muy largo – El joven Hyuga que no quería ser descortés acepto – Esta bien, muchas gracias – decía mientras el mercader golpeaba la espalda de Arekus en señal de amistad caminaron para ir a comer algo.

Salida

Después de comer y conversar con el mercader, este mismo lo fue a dejar a las puertas de salida de ese país, era el momento de despedirse y partir, la comida había sido deliciosa aunque no es el lugar frecuente para comerse un ramen este era muy exótico y variado por lo que Arekus estaba agradecido por ese detalle del mercader y se lo comunico inmediatamente – muchas gracias por el ramen, estaba delicioso – a lo que el anciano respondió - aun prefiero el de konoha, espero podamos comer uno en tu aldea algún día – el joven sonrió y agradeció la preocupación por su persona sin duda era el momento de partir, nunca las despedidas fueron fáciles pero por lo menos había quedado una promesa de volver a encontrarse. Este anciano mercader era muy sabio e inspirador era una persona a tomar en cuenta y al parecer veía a Arekus como si fuese su nieto o algo así o simplemente estaba agradecido por cuidarlo de los ladrones eso solo lo sabia el. Pasaron unos minutos y el mercader estiro su mano para despedirse del joven ninja de la hoja – Creo que eso es todo, muchas gracias , ya no enviare mis quejas al hokage así que no te preocupes – dijo mientras se echaba a reír recordando las primeras impresiones que se llevo al ver al gennin. – Adiós señor - respondió Arekus correspondiendo la mano estirada y estrechándolas para luego salir lentamente del país de las aves con una sensación reconfortante y un caminar pausado en la noche que caía y mostraba su cara más tenebrosa. El lugar en donde había estado era acogedor, un país sencillo pero muy agradable a la vista, la gente era simpática y agradecida de los ninjas el viaje había sido cien por ciento positivo, ahora solo le quedaba volver a casa y prepararse para alguna otra misión. Avanzo ahora aumentando la velocidad hasta que ya no diviso la entrada cuando miraba hacia atrás, era hora de internarse en el bosque.