Ya estaba en marcha para volver, debía volver por la "promesa" que le hice a aquella persona. Debía explicarle todo y averiguar si había hecho algo más hacia mi persona, no había muchas formas de saberlo, tan solo yendo a ver a aquella persona. Me había vestido de nuevo con ropa normal, pero siempre con mi túnica negra de cuello alto y mangas largas, aunque esta vez llevaba una mochila bandolera grande colocada a mi espalda. Debía ocultarme por que no sabía que demonios había echo esta persona. El camino a Kirigakure estaba muy transitado y me preguntaba por que demonios había tanta gente yendo hacia allí, así que no me pare a pensar en nada y paré a un ciudadano que caminaba tranquilamente mientras silbaba una canción popular de allí.

Discúlpeme un segundo... -Dije mientras me colocaba delante de él cortandole el paso- ¿Por qué tanta gente va hacia la Aldea de Kirigakure?

¿Es que acaso no lo sabes? -Dijo sorprendido- Pues que se celebra el Examen Chunnin allí y claramente, vamos todos allí a ver los combates de esos pequeños y jóvenes Ninjas.

El hombre me aparto un poco con su mano, un tanto molesto, y siguió andando. Yo me quedé pensativo mientras la gente caminaba a mi alrededor hablando entre ellos formando un gran murmullo que impedía hablar en voz baja con alguien. No sabía nada de los Exámenes Chunnin de Kirigakure, con todo mi entrenamiento y mis cosas ni me enteré de nada, me aislé durante una larga temporada. Pero podía aprovechar esto, si aquella persona hizo algo contra mi persona, tanta gente me ayudaría a entrar en Kirigakure como un aficionado más a los Exámenes Chunnin. Sonreí levemente mientras agachaba mi cabeza cubriendo mi cara entre el cuello alto de mi túnica y mi propio flequillo. empecé a caminar tranquilamente entre la multitud que se dirigía hacia Kirigakure mientras no paraba de pensar en como encontraría a esa persona y como reaccionaría cuando me viera. Todo un misterio. Un intrigante y gran misterio rondaba en mi cabeza.