Caminaron hasta llegar al puerto, la chica paso ambos ticket a Arekus que iba al ultimo, el seria el encargado de pasárselos al encargado. El chico de mirada mas aburrida, le paso los ambos tickets y apuntando a la chica de pelo azul, haciéndole saber que venían juntos, era momento de pasar todo el viaje mirándose las caras, ademas de la incomodidad de tener que vivir con su gran pelea. La chica se tiro a uno de los costados del barco, se veía cansada e incomoda con las heridas, cada vez que Arekus miraba a la chica, no podía evitar sentirse culpable. Cada herida que la Uchiha tenía era su culpa, y cada vez recordaba la ira con la que miraba a tal mujer, y ademas de los pocos limites que se puso en la batalla.

Para no tener que mirarla, comenzó a aprovechar el viaje para cambiarse los vendajes, sobre todo los del abdomen, saco de su porta equipaje una venda nueva y comenzó a retirar las viejas, dejando ver casi al completo su torso que ya de por si estaba desnudo pero ahora ademas herido. Lentamente comenzó a remplazar los vendajes por nuevos, entre quejidos y molestias escucho que la chica le comentaba algo, una pregunta sobre si podía vivir pensando que ahora tenia una aldea entera, como enemiga, sin duda era una pregunta audaz, pero esta chica obviaba todo lo que pasaba, era como si no tuviese memoria, ¿porque era tan amable?, todo era raro y nuevo para el Hyuga. El joven no quedo de otra que responderle mientras seguia cambiando los vendajes y se refrescaba con la brisa que propiciaba ese dia soleado - Puedo vivir odiandome, que el resto me odie no me preocupa - hizo una breve pausa, lanzo un suspiro y encaro a la joven mirandola de reojo - ¿porque? tienes el sharingan y no lo usaste desde un comienzo, ¡estas jugando conmigo? - alzo un poco mas la voz y prosiguio - estuve a un segundo de matarte, queria matarte y aun asi haces como si nada, ¿cual es tu problema? - manifestaba que no podía comprenderla y que esto le estaba carcomiendo la cabeza, cada vez que la miraba, cada vez que la escuchaba, era un dolor nefasto por el arrepentimiento y el error mismo, Arekus se sentia y al parecer era una persona despeciable.

La mujer se remontaba a su pasado y al compañerismo, era esto por lo que mas dudaba el chunin, tenia que haber alguna razón mas poderoso, a pesar de que su argumento era comprensible, Arekus no se lo creía, ya que ni siquiera eran un equipo conformado, solo eran dos personas juntas por el azar de la vida, nada mas que eso, lo del sharingan era interesante, el había sido parte de su despertar, nunca pensó que una cosa así fuese posible pero no quiso preguntar nada mas sobre esos ojos.

La chica de cabellos azules se ponía de pie y trataba de ayudar a Arekus con sus vendajes, este dejo que esta le brindara la ayuda, como para retribuir todo lo sucedido, ademas hablaba de su madre y al parecer esto le causaba cierto impacto en su persona. Comenzó a hablar nuevamente - ¿compañeros? ¿solo es eso? disculpa que no te crea, no perdonas simplemente por ser compañeros, debes tramar algo mas...- mostrándose inseguro y poco confiado con la chica, mientras se quejaba cuando esta le ayudaba con los vendajes, inmediatamente después, se dio cuenta de que estaba siendo desconsiderado y trato de actuar amable, cosa que no le nacía naturalmente - tus heridas...¿estan bien?...¿puedo hacer algo? - el ser considerado no le salía bien, pero al menos tenia la oportunidad de ser amable aunque sea una vez, quizás con esto la mujer se sinceraba para con el y ademas le hacia olvidar el tema de su madre momentáneamente, ya que no quería inmiscuirse en la privacidad de la mujer.

El chico notaba que la chica era amable, pero al contrario de el, ella no se esforzaba por serlo, simplemente lo era. Se notaba que era cuidadosa y no quería hacerlo doler, ademas que el joven Hyuga era muy perceptivo, noto lo que estaba pasando, el estaba siendo mezquino, sus heridas no eran nada comparadas con las de ella. Con una de sus manos impidió que siguiese ayudándolo y fue a buscar algo en una zona del barco, se alejo para hablar con el capitán, que estaba allí y luego de varias conversaciones e idas y venidas consiguió algunas cosas útiles, por supuesto había dicho que eran para el, ya que había sufrido una caída, para pasar desapercibidos, en sus manos tenia agua, vendas y alcohol para desinfectar heridas, ahora quizás tendría que improvisar como medico.

Hizo una seña a la mujer para que se sentase en uno de los lugares disponibles, para luego dejar las cosas sobre otro de los asientos, lo primero era curarle la pierna, por lo que le dijo - ¿puedes descubrirte un poco la pierna? yo te limpiare tus heridas y te vendare - para que no se negara continuo - es mi forma de pedir disculpas, realmente no soy bueno hablando - luego de esto tomo la pierna de la joven y la tomo con delicadeza viendo claramente, el orificio que la flecha le dejo, podría curarla y evitar que pierda mas sangre, pero ella luego debía ser curada por alguien experto. Saco de su equipo una especie de pañuelito blanco, lo puso en el alcohol y comenzó a limpiar suavemente sobre el área perforada, esperando que la mujer no grite ni nada - esto duele, pero créeme es necesario - no la veía como una persona débil, ya que su amabilidad hablaba de su fortaleza, y si realmente lo fuese, no estaría viva.

Cuando termino de limpiar las heridas de Konan, prosiguió a vendarle la pierna, debía ser algo apretado, una especia de torniquete para parar la sangre, por lo que rápidamente prosiguió con el vendaje de esta, de manera suave pero apretando siempre la zona, la verdad el joven de ojos blancos, no era tan malo como enfermero, al menos se esforzaba, cada tanto no podía evitar ponerse algo nervioso por la cercanía y ademas cuando la miraba a los ojos, era uno que otro problema, porque sentía que se sonrojaba pero trataba de disimularlo, Arekus era y debía permanecer siempre como un ser frío y cualquier muestra de lo contrario, era un signo de debilidad. Cuando terminó con la pierna de la joven, se levanto de la posición en cuclillas que se encontraba, y mirando al horizonte pregunto - ¿tienes alguna otra herida que quieres que te cure? - su voz se mostraba algo mas confiada y amable, al parecer estar cansado y con la mente agotada, lo hacía un poco mas docil.

El joven veía como la chica hacia una pequeña siesta, para el no iba la misma regla, lo que menos tenia era sueño y ademas que faltaba poco para llegar cada vez se sentía mas inseguro, no confiaba en nadie del grupo y menos en la organización. De aquí en adelante mediría sus pasos y sus palabras, aunque por alguna extraña razón estaba comenzando a confiar en la chica. Después de un rato la mujer se despertó, estaba un poco despeinada y al parecer se quedo mirando a Arekus, este se dio cuenta y soltó una sonrisa mientras le señalaba su pelo, como para que se lo ordenase. El Hyuga no era una mala persona, mucho menos antisocial, solo era reservado con sus sentimientos.

En su cabeza pasaban dos sentimientos, el llegar y lo desconocido, motivación e ira, dos cosas que se contraponían y hacían que sufra una confusión mental. Se acerco a la chica y se sentó a su lado, al parecer tomaría la iniciativa con el fin de sacar un poco de información. - Entonces, Konan cierto?, ¿ya vamos a llegar? - preguntaba haciéndose el desinformado sobre todo y para que esta pensase que ni sabia su nombre, era parte de la estrategia de hacerse el interesante, luego de esto suspiro y soltó un comentario - en caso de que tenga que hacer equipo con alguien, creo que preferiría que fueses tu - mostrando un leve interés de colaborar, ademas de mostrar que esos dos tipos no le parecían una buena pareja, sin duda alguna se aburriría. Dicho esto miro al Horizonte respirando de manera apresurada y nervioso, porque quizás no debería haber dicho nada de eso.